Nuestros cuerpos vacíos están llenos de arañas de seda negra
Poco a poco entramos en espesos abismos de vísceras oscurecidas
Y nuestros largos respiros se resumen en momentos de silencio y
Visiones que no recordamos;
La putrefacción de este lugar nos ahoga en el olvido
Somos el polvo agrio que rezuma nuestro aire,
Somos el espacio carnoso que se hincha entre los dientes.
Somos la suciedad que queda en el camino,
Nos vamos; nos quedamos sentados a la luz verdosa de un viento ponzoñoso
Nos vemos a lo lejos nuestros pasos caminando; nos recostamos somnolientos en el piso cavernoso.
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